No lo ves...

Yo quiero subsistir en tu mirada y no conseguir suprimirte ni con todos los parpadeos que caben en una vida....

Pretendo retractarme de lo que digo, por karma...
Persigo tus besos y que sean para mí como fantasmas,
y tus manos en mi cintura una entelequia, para que entonces decidas permanecer y para siempre.
Codicio que sean ciertos los “te quiero” y ese pequeño lazo que parece desatarse con tus brazos rodeándome fuerte se deshaga de mi pecho... y…

Que sabes tú.
Yo, con un nudo en la garganta,
Que oprime y ahoga a destiempo, y sigo sin ser consciente.
Que eres una poesía perdida, y pretendes que te rime, te ordene y no… te canse?
Que sabes tú… que estúpida soy.
No, no me concibes, no me entiendes, no me inventas… crees que cada una de mis preguntas derivan en valoraciones, y que, a su vez, resultan en otros mil análisis…

“Sin duda tu eres compleja, y yo no domino el árabe” Vaya frasecita…

Pues bien, asómate!!! O arriésgate! Observa el torrente a lo lejos, cuando ni te roza, ni te afecta, y cuando decidas, acércate…

Que te quiero, es evidente. Que no conoces mis sabores, también.
Y si me dueles como repugnante demonio, es porque estoy enamorada de ti hasta las vísceras.

Y viscerales son mis preguntas, quizás a contratiempo, y tal vez tampoco te entiendo…pero si me dueles…

Y no es más que parte de. No me interesa que lastimes mi alma, lo soporto.

Pero no dejes de amarme… Conoces mi olor…