Ya me siento lejos...
la mañana me invita a abandonarte.
Me he asomado como en otros amaneceres,
Sin una lágrima
sin miedo y sin frìo.
He visto como los vapores de la tierra
los eleva el viento.
Las caracolas del mar llegan sin esfuerzo
a la orilla,
Me he llenado de coraje,
y he recogido todo en mi equipaje:
El brillo de tus ojos,
tus bermejos labios,
la tersura de tu piel,
el fuego de tus manos
en cada anochecer.
Ya me siento lejos...
En la distancia suficiente
que elegí para olvidarte.
como cada minuto desde que te persigo.
te olvido,
te vuelto a traer.
Hoy me pregunto:
¿Cual distancia si te
llevo muy dentro de mi corazòn
y allì estas tù dentro de mi equipaje?
2 personajes osan decir lo que piensan:
Tiras de mi sin preguntar, alocada e intespetuosamente. Y me subes hasta el pico de cualquier montaña, mucho más arriba que las nubes. Sentir que mi corazón ya no late solo.
Mi piel se suelta de mis musculos con un dolor que hace ingobernable mi cerebro. Dejo atras el agua de lluvia fria, que golpeó mi rostro sin piedad. Suplico...
Piedad...quizás otros la quisieran en este instante.
Sigo ascendiendo observando las estrellas, sus luces. Ahora todo se vuelve mágico y me seduce, pues por fin distingo mi objetivo.
Y entiendo que no vale cualquier camino para llegar a ti.
Ahora me miras directo, a los ojos.
Te apoderas de mi. Me llenas de paz.
Sonries...sonrio...gracias.
Me invitas a mirar al vacio. Lleno de todo.
No hay distancia,
es fusión enamorada,
es lucha por no alejar un segundo,
mi piel,
de tu alma...
por no querer despegar,
mis labios de tu espalda.
No estás lejos;
es la distancia de un latido,
es el ruido de un beso,
es el susurro de un quejido...
Es el brillo de una lágrima,
que rueda por tu mejilla,
rogando por no caer,
por no dejar de sentir tu brisa,
por no querer evaporarse,
entre recuerdos, entre prisas,
entre miradas giradas,
entre locuras remisas,
por no querer dejar de sentir tu cara,
tus ojos, tu pecho, tu risa...
Buscando la paz en ti,
la paz de los dos,
la paz de mis besos,
no sufras por lo que no es,
estoy aqui, no estoy lejos,
es sólo un sueño, mi vida,
no te inquietes,
es sólo un sueño.
No me persigas,
dormida,
no me busques en tus versos,
Deja correr la humedad,
que escurre feliz por tu cuello,
es un milagro de luz,
un efecto maquiavélico,
parece que has de seguir,
persiguiendo viejos sueños,
parece que vas a morir,
dejando vencer a tus recuerdos...
Deja por fin de perseguir,
risas, llantos, voz, quejidos,
caricias, abrazos, luz, pasión,
dulzor, calor, amor, abrigos...
déjalo ya,
ya he venido.
No recojas tu equipaje,
no prentendas ser vencida,
no te acurruques sin querer,
dejando pasar esta vida.
Viste tu cuerpo desnudo,
de risas, de sol, de alegría,
viste tu rostro aún mudo,
de miradas de amor,
de poesía,
de valiente altivez,
de elegante y vivo ropaje,
de salpicaduras de fe,
de tranqulilidad sin brebajes,
sin locuras, sin piedad,
con cariño, con verdades...
Tranquila mi vida, tranquila, verás...
no tienes que ir de viaje.
Guardaré las sábanas perfumadas,
con los roces de tu piel,
las guardaré como lienzo sagrado,
las de mañana, las de hoy,
...las de ayer...
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