Te habla mi alma.
Poco a poco se apagan esos fuegos.
Las luces dejan de ser explosiones.
Y desciendo…
Tu mirada en la noche
es un silencio de estrellas para mis ojos.
Sabes que todo concluye, si se queda quieto.
Si no entiende el ritmo que musicaliza las hojas.
Ese ritmo de tus perfumes.
El que nos cambia la voz de acuerdo a la caricia del día.
Y mi espíritu.
Ya voló hace tiempo.
Me toca esperar que algún espíritu lo acompañe.
Que no busque razones.
O que no importen.
Si llamas a mi pecho... ya sabes,
se está quedando vacío.
Tú, podrías ocuparlo.
Y te miro...cuando te alejas
La tibieza se transforma en el frío.
El día en la noche.
La tristeza en una sonrisa leve en los labios.
Sigo descendiendo,
Colgada de un borde de tu Luna.
Aunque ahora,
me bese la sombra de tus costados.
Todo concluye, menos…
Todo termina, excepto…
No lo diré.
Pero tú... sabes bien, que es lo único eterno.
Y no eres tú, ni soy yo, es eso entre ambos.
Es eso que está en el medio.
Lo que une,
lo que separa,
es esa sensación en la ventana.
en aquellos primeros días.
es esa sensación en el alma,
aquellas primeras noches.
¿Sensación en el alma,?
En caso de tener alma.
Y de tener pruebas de que existe...
porque a través de ella
es que te hablo,
por evocarte.
Cierto, te habla mi alma,
porque te espero con las canciones
recién amanecidas en los labios.
Con los primeros besos del corazón nuevo.
Que ha descendido, como yo, de sus nubes para hablarte.
Y creo que sabes muy bien, que mi corazón sabe.
Porque aprendió del aire,
de los perfumes de los amores reales...


1 personajes osan decir lo que piensan:
Hasta aquí Reyna Negra, llegó nuestro destino.
Solamente unas palabras para despedirnos.
No hay más lagrimas mas duras que las que no se lloran. No hay dolor más duro que el que no perdona. No hay sin sentido más grande que no cumplir lo prometido.
Quizás fué divertido, quizás solo una mala jugada del destino.
Quizás solo fué tenerte como el reflejo de la Luna en el rio.
No volver a verte será mi castigo.
No tener tu piel tormento infinito.
No escuchar tu voz, tu sonrisa, el destierro estando vivo.
Por todo ello me despido, como vine, sonrisa en boca de gesto torcido.
Las manos vacias, el alma callada, los ojos cerrados sin corazón ni destino.
Adios mi Reyna. Adios mi Luna. Que algún día al perderte nos encontremos en otros caminos....
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