Señores y demás coleópteros o moluscos tal vez.

Este humilde texto va dedicado como consejo muy profundo a las señoras, mantis religiosas, ositas, víboras y perras de este mundo. Ahí van varias lecciones para aquellas mujeres que aún no sepan tratar al homo erectus.

Primer consejo: Cuando quieran debilitar a un hombre, enfadenle. Es muy fácil encontrar su talón de Aquiles. No hay mas que sacarlos de quicio para que echen por la boca una cascada de pistas para descubrir de que pie cojean: machistas, inmaduro, violentos, vengativos, despiadados, ilusos, tacaños, patoso, acomplejados, soberbios, mezquinos, injustos, crueles...

Segundo consejo: Si desean vencerlo basta con recurrir al halago. No hay nada que mas desarme a un hombre que un buen elogio. Se rinden con todo el equipo, admitan que son amantes perfectos, rían sus gracias, aleteen pestañas con sus grandes conquistas...

Tercer consejo: Si quieren deshacerse de ellos, díganles la verdad. Los espantarán.

Cuarto consejo y el mas importante: Hagan todo eso sin enamorarse señoras, porque entonces...no valen de nada las lecciones. Sigo pensando que el problema es nuestro, que el hombre es fácil de tratar siempre y cuando separemos amor del resto. Tampoco quisiera decirles que no se enamoren, nada mas allá de la realidad, simplemente que es mas llevadero el trato sin amor. Cuando nos enamoramos es cuando fallamos en todo.

Y que sepan ustedes, estimadas señoras, que esas recomendaciones anteriormente descritas, me las dió un hombre.

Este texto va dedicado a mi amigo José A. que en algún momento de mi vida, abrió mis ojos. Ojala pudiese yo abrir de la misma manera los suyos.

Gracias también a ti Miguel.