Corría sedienta hacia tu boca,
deseosa de tus manos.
Un traspié mal dado y el dolor,
una punzada aguda inflama mi corazón...
y la ira que muerde mi lengua
obligándome a lanzar gritos en silencio de soberbia.
¿es ciego tu amor?
Y llora mi alma tu extraña ceguera,
y solo pienso
que hoy me he caido... mi amor.
Y en mi dolor,
presos están mis magullados suspiros en tu cuerpo,
porque en el instante que cierro los ojos solo hago soñarte,
y aunque quiera llover
mi cielo se retiene esperando que estés preparado
para calar tu corazón con la lluvia de todos mis besos.
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