Voy a cocinar para ti... A fuego lento.

ACOMODATE AQUI,
CONMIGO,
A MI LADO... CUANDO ESTES LISTO LEE... Y DIME...



A fuego lento cocinaré para ti, y que los ingredientes vayan cediendo generosamente su esencia al agua...

Si gustas de los platitos que voy a ir preparando a la lumbre del llar, puedes servirte cuanto quieras.

Perdóname si los sabores te resultan extraños por las especias, por la falta o exceso de sal, azúcar o picante, soy mala cocinera, anárquica en mi hacer y de mal paladar.

No te fíes de las apariencias y recuerda que las alcachofas pueden alterar la percepción de algunos sabores.

Discúlpame nuevamente si mi manera de comer te incomoda, me gusta sentir la textura de los alimentos en mis manos, sobre mi piel, saborear cada bocado, a veces sobre tu piel, mirar la forma de acomodarse al plato y recrearme con su luz, cerrar los ojos y oír como se transforma, respirar los aromas de la olla.

Con mis ojos cerrados, me recreo en su conjunto y te veo brillar en mi alma.

Mientras cocino, te contaré alguna historia mirándote a los ojos, te hablaré de lo humano y lo divino, de ti y de mí, de mi pasado, presente y futuro. Como ves, este lugar es un poco estrecho, aunque es tranquilo, cálido y acogedor, no hay sitio más que para nosotros dos, quizás por eso, podemos sentir la temperatura de nuestros cuerpos, nuestra cadencia al respirar y nuestras imperfecciones.

Descansa un rato y ahora dime…