Miedos de Rey Blanco.

Llevaba razón, siempre que la miraba sabía que llevaba razón, siempre que cruzaba ese umbral sabía que llevaba razón, colgaban de sus ojos los mejores espejos, y de sus dientes serpentinas.

Ensimismado en su devenir, no podía entender por qué en sus sueños, dormitaba ausente, si siempre andaba tras ella, expectante, si al cruzar la puerta era un torbellino acuoso, lo que invadía la estancia.

Tenia la razón, cada vez que cerraba tras de él, le asaltaba el jubilo de mezclarse en sus efluvios, resbalar por su contorno y sudar su piel.

Llevaba razón y sabía que una última vez sanaría las embestidas del dolor, porque en sus sueños caminaba ingrávido, y sabía que los monstruos no surgen de la gravedad, tan sólo de la razón, que nos lleva por donde el instinto tiene las puertas cerradas.

Le contrariaba la razón, siempre que desnudaba su infinita paciencia, siempre que al andar resbalando mezclaba su ansia y su segura y penitente desazón.

Y pensó en desautorizarla, y aunque su pelo oliera a día esperado, su boca fuera jugo almibarado, y su cuerpo la alfombra de sus sueños, intentó cerrar de golpe la maraña de razones por donde los sueños querían anidar.
Y se durmió....
NOTA: Este texto me lo ha enviado Nippur de Lagash ... que vuelve a ser Dragón.
Aquí queda... Muchas gracias.

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