He conocido la lascivia como escape.

Informes, cuentas de explotación, y agobios me apretaban en la mesa y en los descansos me evado cerrando los ojos, tumbándome al sol. En el interior de mi mente libidinosa las líneas toman cuerpo, formas y bocas. Saltan del folio y me acompañan ciñéndose, formando frases que me desnudan, me atrapan y me desarman.
En contra de lo planeado me dejo llevar por sus cantos, agrupados en sonetos, me permito enraizar en su ínsula de pereza y cedo a los placeres que me oferta su cadencia y la musicalidad de su lengua pronunciando un 'quédamos?' glorioso y cautivador.
¿Cómo recobrar la concentración si sólo escucho el pálpito de la sangre recorriendo hirviente mis anotaciones?
Levanto la vista para relajar la mirada a través del ventanal. La cafetería está medio vacía, es el ambiente perfecto para fantasear y, en cierto modo me muero por comprobar si el hervor de mi sangre es real o solo espejismo.
Decidido, te veré…

"No te adormezcas que aún debemos descubrir días…"

1 personajes osan decir lo que piensan:

Anónimo | lunes, 18 agosto, 2008

Era imposible eludir la cita, tu mirada de bestia no me daba miedo, tus labios perfectos sólo conseguían atraerme más y más a ti y tus palabras de reto fueron tu condena. Volvían a retumbar en mi mente, "primero déjame estar frente a ti y luego decides lo que hacer conmigo, y si lo deseas ¡cómeme!"...

En esa cafetería casi vacía se confirmó tu pena y ahí mismo fuiste esclava de tus palabras.Aún recuerdo cómo rozaban tus labios mi piel levemente al besarme.
Es curioso ver a una reina temblando entre casillas y sabiendo q muy pronto será comida por el rey blanco.

Related Posts with Thumbnails