
"La Elegancia es la ciencia de no hacer nada igual que los demás, pareciendo que se hace todo de la misma manera que ellos."
(Balzac)
(Balzac)
Elegancia, clase, distinción... hasta el punto de la prepotencia.
Hoy lavaron mi cara con las palabras "me intimidas".
Soy una guerrera. Lo soy.
Guerra. Esa es mi vida.
Permiteme que haga el esfuerzo de que me conozcas... si.. tú..el que come cosas raras... el más cuerdo de los dos, el que dice que soy todo fachada de dureza. ¿Me estas leyendo ahora? Sé que estás dibujando una sonrisa... me encanta. En el fondo sabes que soy tan sensible como un niño.
Te voy a contar un gran secreto: Le echo de menos.
Tanto como una letanía y siento, a veces, su ausencia grabada en la carne. Está en ese espacio que guarda el silencio, en cada una de mis soledades, y hasta parece que el destino juega conmigo rompiendo todos los puentes y creaciones que me atrevo a construir para seguir.. seguir...
"te manque, I miss you, 私は逃す, ich vermisse Sie, li manco, Eu falto-o, Я пропускаю вас"... de todos los idiomas se lo escribo... y no vuelve.
Le echo de menos como se anhelan las costumbres, como cuando cierro mis ojos y veo los suyos.. le echo de menos... así de claro.
5 personajes osan decir lo que piensan:
Nena ¿¿quien come cosas raras??
Tía dime cuando nos vamos de marcha que avise. Y dime quien es el de los ojos de agua. Joer, ¿no te habrás enamorao verdad?
besos.
L.
Anda que... jajajaja
A ti te voy a decir quien es el de los ojos de agua... pa que me lo levantes!!!!
Es broma, cuando quieras te lo presento. Nada serio... de momento claro.
Muchos besos wapa.
Quizá el que come cosas raras no recuerda que todo está dentro de uno, y que los demás nos devuelven nuestro propio reflejo en el espejo...
Quizá al que come cosas raras le resulta demasiado amenazadora tu forma de ver el mundo y las relaciones, porque en el fondo le gustaría actuar del mismo modo y sus rigideces no le dejan...
Quizá el que come cosas raras se juzga y se condena a sí mismo demasiadas veces como para ser capaz de ver a los demás con los ojos de un niño, sin etiquetas...
Quizá aquél que come cosas raras guarda bajo su almohada fantasmas como el que añoras, y todavía no lo sabe o no quiere saberlo...
Quizá aquel que come cosas raras ha tenido que aprender a ver en otros las armaduras y las corazas, las máscaras y los escudos que día tras día, a golpe de sufrimiento, se deshacen, se derriten, se funden como la nieve bajo la luz del sol...
Quizá aquel niño que come cosas raras y a escondidas de sí mismo saborea un pedazo pequeño - para no sentirse culpable - del chocolate de la Vida, ha aprendido a mirar a los ojos de los otros niños y niñas que se esconden temerosos tras las cortinas de la decepción, la frustración, el desengaño y la mentira...
Y entonces y sólo entonces, cuando se reconoce en la mirada cómplice de alguien que por fin ha descubierto su juego...entonces sonríe de verdad.
Disculpa la extensión de mi anterior comentario.
Olvidé que el blog es tuyo y no mío, je je.
Un beso
NO!!! escribe lo que quieras.. me encanta que estes aquí conmigo.
Miles de besos.
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